¿Qué entendemos por...?

Conceptos y elementos clave

La Escuela de Negocios TEAL- Andalucía busca realizar un proceso transformación en las organizaciones del Tercer Sector de Andalucía, asumiendo nuevos modelos organizativos que ponen en el centro a las personas de l

En este tema abordaremos conceptos importantes que hablan de cada uno/a de nosotros, y a los que convencionalmente se les da un significado a veces alejado de su verdadero sentido. También vamos a desmontar algunas ideas tradicionales que la ciencia actual ha dejado atrás y que requieren una actualización.

Tratamos aspectos psicológicos complejos y profundos, que se presentan a modo de aproximación, puesto que en este documento no podemos abarcar todo lo que implican.

Aun así, seguramente este va a ser un tema con muchos descubrimientos que esperamos te abran a nuevas maneras de mirarte y mirar a quienes te rodean, y entender que cuando trabajamos junto con otras personas hay todo un entramado de relaciones personales, que son importantes entender y atender, si queremos que nuestro trabajo sea un espacio donde sentirnos a gusto y dar frutos.


Concepto de Inteligencia

Hasta hace poco tiempo el concepto de inteligencia se entendía como sinónimo de Coeficiente intelectual o CI, concepto que surge de los test de inteligencia tradicionales.  En ellos lo que se miden son capacidades propias del rendimiento académico para los que fueron creados, sobre todo capacidades lógicas, relacionadas con áreas matemáticas y lingüísticas.

En los años 80 el psicólogo Howard Gardher  y su equipo rompen el concepto unitario y cerrado de inteligencia, y formula su teoría de las Inteligencias Múltiples. Sus investigaciones muestran como:

La inteligencia está creada para manejarnos en la vida y no enfocada para resolver solo cuestiones relativas al curriculum académico que en cada momento predominen.

Ésta engloba toda una serie de competencias relativamente autónomas, que, en principio, enumera en ocho tipos: Lingüística, Lógico Matemática, Cinestésica-corporal, Musical, Espacial, Interpersonal, Intrapersonal y naturalista. A esta primera exploración luego va añadiendo otras como la existencial, la creativa o la colaborativa.

Estas inteligencias las poseemos todas las personas y pueden desarrollarse de manera particular según la dotación biológica, la interacción con el medio ambiente y la cultura en la que crecemos.  


Inteligencia emocional

Gardner recoge dentro de ese listado dos tipos de inteligencias, la intrapersonal e interpersonal, que engloban lo que denominamos inteligencia emocional.  A continuación, cuando hagamos referencia a este concepto vamos a utilizar las siglas IE.

El concepto de IE se ha hecho popular a partir del trabajo del psicólogo Daniel Goleman y su libro publicado en 1995 “Inteligencia Emocional”.

Nuestro sistema educativo y laboral ha primado la parte más racional, pero esta visión es equivocada. Lo que demuestran las investigaciones desde el siglo XX y XXI es que la inteligencia emocional indica con mayor precisión si una persona tiene mayores posibilidades de ser feliz, y desenvolverse mejor en ámbitos personales, familiares y profesionales.

Goleman define la inteligencia emocional como “la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y las de otras personas, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.



Esta definición implica una serie de competencias como:

Conocimiento de las propias emociones: Capacidad de reconocerlas en el mismo momento en que aparecen.

Capacidad de gestionarlas: es una habilidad básica que permite identificarlas, saber darles espacio o hacerles hueco (no negarlas, ni reprimirlas) y manifestarlas de manera sana.

Capacidad de motivarse: consiste en saber utilizar nuestra capacidad para impulsarnos y conseguir resultados.

Reconocimiento de las emociones ajenas: saber ponerse en el lugar de las demás personas. Esto es lo que se denomina empatía, donde también es importante ser capaz de comprender pensamientos y sentimientos que no se hayan expresado verbalmente.

Manejar adecuadamente las relaciones: Al estar en contacto con las demás personas es importante el respeto y cuidado, como también reconocer los conflictos y  saber solucionarlos, para eso la IE es clave.


¿Qué es el Ego?

El ego forma parte de una manera aprendida de estar en el mundo que se conforma en los primeros 7 - 9 años de vida. Los seres humanos venimos al mundo con una gran fragilidad que nos hace dependientes de los cuidados ajenos.

En estas etapas hay necesidades, afectivas, sobre todo, que necesitan satisfacerse, y muchas veces no pueden ser atendidas adecuadamente. Así vamos construyendo mecanismos de protección y defensa infantiles que nos ayuden a sobrevivir. Con el paso de los años, nos vamos identificando con esta construcción hasta llegar a la conclusión de que “yo soy así”.


“El ego es una creación del alma infantil. Progresivamente, nos identificamos con nuestra propia creación y nos separamos de nuestra esencia, que se oculta, niega o reprime para protegernos del exterior y asegurar nuestra supervivencia. Así, adoptamos un falso yo y nuestro verdadero ser queda en el desván”

Antonio Pacheco


El ego son disfraces que nos pusimos para conseguir lo que necesitábamos y que ya se nos quedan estrechos cuando llega la adultez. El psicólogo Joan Garriga apunta que hacia los 30 o 40 años suele comenzar un proceso de caída, donde vamos viendo que hay maneras de comportarnos que nos traen problemas personales, de pareja, laborales, etc.

El ego puede abarcar ser el matón de clase que aprende a ser respetado si usa la fuerza y se impone, ser el niño bueno, obediente y que no da ruido, ser la persona divertida que nunca cuenta penas, ser la mujer servicial que siempre antepone a sus necesidades las del resto, ser la mujer modelo, recta y correcta que cumple con las normas, ser el seductor que consigue lo que quiere manipulando, o ser la persona desvalida y pobrecita que no puede y que siempre necesita ayuda, entre otros.


Este mecanismo nos hace sufrir y entorpece nuestras relaciones:

Nos encasilla. Implica estar atados/as a una manera más o menos fija de actuar y reaccionara la que nos hemos acostumbrado. “El ser” está relacionado con la amplitud de todo nuestro potencial, el ego con encasillarnos a determinados comportamientos.  

Las respuestas son neuróticas, no sirve para dar ni encontrar respuestas sanas y sinceras, las vías que utiliza el ego para conseguir las cosas suelen traer insatisfacción y malestar.

Nos ofrece una visión de la realidad distorsionada. El ego implica tener unas gafas inconscientes desde las que interpretar la realidad, que nos impide estar en la misma desde un lugar más limpio y verdadero.

Entorpece nuestras relaciones y lo colaborativo, obedece a maneras manipulativas de conseguir lo que cada cual necesita (se puede hacer desde la fuerza, se puede hacer desde la seducción, desde el victimismo, etc.) muy orientadas “a mí interés neurótico”.

El ego es una manera de movernos en la vida que hemos aprendido a interiorizar a base de repeticiones. Aprender a gestionarlo no significa quitarlo, sino de aprender a reconocerlo y a no dejarnos llevar por él.

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