“Los seres humanos tenemos una asombrosa capacidad para olvidar que una de las pocas certezas con las que podemos contar a lo largo de la vida es que ésta va cambiando. En cuanto las cosas dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la incertidumbre. Pero si nos paramos a ver nuestra vida con perspectiva vemos que el ciclo del cambio es incesante”.

Esta frase nos muestra como a lo largo de la vida, el cambio , las crisis y la incertidumbre son una constante. Si cada persona miramos nuestra propia experiencia, vemos como está llena de cambios vitales y como mucho de lo que hemos vivido era impredecible de antemano.

Hablamos de tres conceptos interrelacionados, que en la mayoría de las ocasiones son vistos y manejados de maneras similares. A modo aclaratorio: 

El cambio: Hace referencia a un proceso de transición de un estado inicial a otro diferente que implica la adaptación ante nuevas necesidades o circunstancias. Éstos pueden tener su origen en algo externo o gestarse desde la percepción interna de su necesidad.

Las crisis:  Hacen referencia a momentos de dificultad donde hay que tomar decisiones rápidas y desafiantes.

La incertidumbre: Hace referencia el grado de desconocimiento acerca de una condición presente o futura