Acompañando desde el coaching
Conciencia, responsabilidad y acción. Artículo de Nuria Guerra Cubero, Equipo de Acompañamiento TEAL


La primera clase de mi formación como coach comenzó con un vídeo del espectáculo “Mejor es Posible” de la compañía Síndrome Clown. El profesor quería mostrarnos, cómo en muchas ocasiones se identifica el coaching con un trabajo meramente motivacional cargado de discursos al estilo Mr. Wonderfull, que hacen un flaco favor a la disciplina. Ese inicio, me hizo respirar de alivio (yo tenía prejuicios y venían precisamente de ahí) y me dio la posibilidad de descubrir un método útil, práctico y ágil, a la vez que profundo, como es el coaching con rigor.

Si tuviera que contar sintéticamente que implica un proceso de acompañamiento desde el coaching , utilizaría tres palabras: conciencia, responsabilidad y acción.

Conciencia

A veces, el día a día va muy rápido, seguimos ritmos donde el piloto automático se enciende y nos lleva. El coaching nos invita a tomar conciencia, a hacer una parada para sentirnos, tomar aire, percatarnos de lo que nos pasa y necesitamos. Nos invita a ampliar la mirada y comenzar a ver lo que, desde la inercia y la prisa, se nos escapa.

Así, podemos damos cuenta de que nuestros problemas aparentes quizá tienen raíces en causas en las que no habíamos reparado y que, actuando sobre ellas, las soluciones son más efectivas.  O podemos vislumbrar nuevos caminos que desde el cansancio y los automatismos no se perciben y que necesitan sitios más calmados, creativos y frescos para descubrirlos.

Una de las referencias de la palabra coaching es la de ser vehículo, así un proceso de acompañamiento desde el coaching, nos permite transportarnos de una situación actual a otra de deseada. No por arte de magia, sino utilizando el camino para descubrir el potencial y recursos con los que contamos, así como los obstáculos internos que a veces nos imposibilitan el cambio.

Responsabilidad

El coach acompaña, pero no dirige. El coaching parte del reconocimiento de la capacidad de las organizaciones de encontrar sus propias soluciones, y todo el proceso de trabajo va destinado a generar condiciones para que estas encuentren su timón y recursos. Es una manera de acompañar generando el propio auto-apoyo y no la dependencia externa.

Así que el coaching nos lleva a tomar nuestro margen de maniobra, y salir de la zona de preocupación, para adentrarnos en nuestra zona de influencia individual y colectiva.

En muchas ocasiones les damos muchas vueltas a las cosas, nos quejamos, pero nos cuesta tomar nuestro poder para ver qué podemos hacer nosotros por el cambio que queremos impulsar.  Este poder no es ni omnipotente, como a veces se nos vende en algunos discursos idealizados, ni impotente, sino que está lleno de capacidad y también límites que merece la pena descubrir.

Acción

Precisamente cuando tomamos conciencia y asumimos nuestra responsabilidad, el siguiente paso es pasar a la acción. El coaching invita a no quedarse en el discurso sino ir a la realidad, comenzar a tocarla y “aprender haciendo”.

Y aquí todo es muy adaptativo, porque las metas son diferentes de una entidad a otra, porque nuestros contextos nos influyen, porque a veces la dirección está muy clara y otras no tanto, y va emergiendo cuando ponemos intención en la exploración de nuevos caminos.

Yo enlazo el coaching con otros enfoques metodológicos que llevo en la mochila como son las metodologías ágiles y, en concreto,  dos conceptos de las mismas que son muy útiles: uno es el Kaizen, o el comenzar a diseñar en pequeños pasos, que pueden ser los más urgentes o los más factibles para comenzar, y otro es el de Producto Mínimo Viable o cómo comenzar con proyectos pilotos que nos sirvan para ir aprendiendo de una manera sencilla y rápida,  para facilitarnos ir corrigiendo o ampliando opciones a medida que verificamos su utilidad o no.

No hay acción más valida por grande o pequeña que sea, no se trata de pasar el 0 al 100, sino de encontrar un punto de partida e iniciar un modo de trabajar sostenible y constante en el tiempo.

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Sobre la autora

Nuria Guerra Cubero es docente, coach y consultora. Lleva 20 años acompañando a organizaciones a hacer del trabajo un lugar donde las personas puedan ser, y aprender a construir desde la colaboración. Licenciada en Derecho. Aúna su formación y experiencia en Metodologías Ágiles, Creatividad Aplicada y Gestión Estratégica, con su trayectoria en Coaching ejecutivo y en distintas disciplinas de desarrollo personal y profesional.    

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Acompañando desde el coaching
Somos TEAL, Nuria Guerra 27 diciembre, 2021
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